Simon Evans | Reuters
Fueron siete largas semanas de habitaciones de hotel y campos de entrenamiento desde que la selección de Inglaterra se reunió para preparar la odisea del Mundial, pero hasta ahora no se ven signos de aburrimiento. Antes del torneo, el plantel se reunió en el centro de formación de St George’s Park en la campiña inglesa y una vez en Rusia, se instaló en un tranquilo complejo turístico a orillas del lago de Repino, a 45 kilómetros de San Petersburgo.
Mientras el equipo de Gareth Southgate se prepara para el partido de mañana por las semifinales del Mundial contra Croacia, no hay signos de que la vida silenciosa o la convivencia hayan tenido consecuencias.
“Se habló mucho sobre estar aburridos pero no se siente así. Esto es como estar de vacaciones y disfrutamos cada momento”, aseguró el defensor Ashley Young.
“Todo el mundo se lleva bien dentro y fuera de la cancha. Y si tienes ese espíritu de equipo y unión fuera de la cancha, lo puedes llevar dentro del campo. Todos nos mantenemos unidos”, indicó.
Al ver entrenar al equipo se puede concluir que el entusiasmo y la diversión han estado presentes desde el inicio de la Copa del Mundo. Los jugadores designados para hablar con los medios suelen entrar en la sala con una sonrisa en sus rostros y todos disfrutan jugando bolos o lanzando dardos.
Los días de jugadores hoscos hablando a regañadientes con los medios parecen tan lejanos como aquellos en los que se formaban pequeños grupos vinculados a los clubes y los jugadores parecían tener que soportar la obligación de representar a Inglaterra.
Young destacó el apoyo de la federación inglesa y aseguró que merece parte del crédito por hacer que el tiempo de inactividad siga siendo agradable.
“No son sólo los jugadores y el cuerpo técnico tienen responsabilidad en esta campaña. El personal detrás de escena también. Hacer que el hotel se sienta como una casa, con fotos familiares en las habitaciones y actividades para hacer en el hotel”, manifestó el experimentado defensor.
Fotos de jugadores paseándose en el hotel; nadando en la pileta y compitiendo en carreras con unicornios inflables sugieren que Young está en lo cierto y el clima de camaradería está dando frutos antes de la primera semifinal que Inglaterra disputará en un Mundial después de 28 años.